18/1/09

Lento veneno

Meticulosa sutileza la de la mentira. Vana, inocua, dolorosa. Albor oculto entre otras historias, rubor y veneno. Panel laberíntico, permiso literario automedicado.
La volátil sensación se diluye en brea, ¿deja de existir o se transforma? Pregunta sin sentido, como tantas otras cosas.
Soldados de papel pierden el paso en suelos resbaladizos, y pierden la cabeza por no perder el equilibrio que, sudando tinta, lograron alcanzar, otrora, tal vez en un mal sueño.
Quiero, tiento, pierdo... cuestión a los sentidos, que se quedan perplejos ante la brutalidad física de la palabra.

Objetos que hablan de un pasado inexistente.

Reflejo inusual en el espejo, como un puzzle de infinitas piezas del mismo color.
Con su propia sangre, auyenta el ser al fuego que danza en su interior, obligándolo a extinguirse entre mareas de ideas.
Vasto campo de sensaciones ficticias, recreada en un laboratorio de carne y hueso que juega a ser Dios, arrancando las costillas de aquellos que creen en él, para penetrar y despojar, para grabar y olvidar.

Crudo, frío, como el aliento del niño aterrorizado por fantasmas que no le buscan a él.

Cuando el blanco y el negro son uno, son negra oscuridad que lo oculta todo para no dejarnos ver aquello que tenemos delante.
La oculta razón da paso al enorgullecimiento de la buena acción, al reláx del remordimiento voraz ahora exiliado.

Sutileza meticulosa la de hacer creer en vez de dejar ver.



E.S.S.E.E.C.
________________________________________________

11 comentarios:

ZeldaPotter dijo...

:(

Qué texto tan triste y a veces salpicado de trazas de desazón...

Aquellos a los que han mentido deben luego elegir su camino: ¿es mejor el del odio? ¿El del rencor? ¿El del autismo de la depresión? ¿O quizás el del aprendizaje y el de la autosuperación? ¿Quizás, incluso, el de las nuevas metas y objetivos, la renovación?

...

Ederon Körst dijo...

El de el aprendizaje es quizás el que recorremos inconscientemente todos... La vida, aparte de estar hecha para que suframos, también tiene su cometido como maestra; y es que con cada cosa que nos pasa, avanzamos en un aspecto o en otro. El aprendizaje a veces es muy bonito, otras, extremadamente doloroso, pero nunca es inúti.

César dijo...

Yo creo que es imposible elegir un sólo camino. Acabas tomando un poco de todos y mucho de ninguno. Esto muchas veces te hace sentir como un tonto, pues no sabes lo que realmente quieres, deberías o deseas expresar. Pero desde luego todo influye en ti y te hace cambiar tu forma de ser (mcuhas veces de forma radical), de pensar o de enfocar nuevas etapas o planteamientos en tu vida.
Lo que hay que hacer es sacar de donde se pueda el "pensamiento positivo", pues siempre ayudará a seguir adelante!

ZeldaPotter dijo...

Sempre positivo para salir adelante. No te dijes en mí como modelo, xD

Pero si necesitas una mano amiga que te de el empujón, avisa.

Ederon Körst dijo...

Las visiones positivistas de la vida, no sirven para nada, acaban siendo catástrofistas o directamente catástrofes. Es cierto que creer en algo siempre te ayuda a seguir adelante, pero puede llegar a ser verdaderamente difícil conseguirlo. Vale que pueda ser un "poco" pesimista por costumbre, pero es que es lo único que soy capaz de ver.

ZeldaPotter dijo...

¡Te regalo unas gafas para que veas más! :)

Ederon Körst dijo...

Me parece que no hay un cristal lo suficientemente ancho en este mundo, para ponerlos en las gafas que me harían falta para eso...

Pero muchas gracias, jeje, tú siempre por ahí...

ZeldaPotter dijo...

Puuuuuuuuuuuuuuesssssss...

¡¡¡LENTILLAS!!!

(Ya q no puedo ayudarte de otra forma, q yo sepa, y no puedo dar apoyo moral cercano...aquí ando)

Ederon Körst dijo...

Lo de las lentillas ya es otra cosa. Mejor desde luego.

De verdad, muchas gracias.

Anónimo dijo...

Yo soy el cristal analógico-tecnológico que te hará ver lo que se mueve por el rabillo del ojo. Seré la mano que mezca tu cuna. El pegamento que hará que los pedazos no se caigan del todo. El tipex que oculte malos recuerdos para poder escribir otra historia por encima. El que tire de ti hacia adelante para que, al menos, no te caigas hacia atrás. El paraguas que que impida que tus propias lagrimas no te salpiquen. El que corra el doble de rápido para poder llegar a tiempo. El que se interesa por lo que hay tras el telón de la obra de teatro. El que te golpee para que vuelvas a respirar y el que nunca se arrepentirá de lo que acaba de escribir. Un mal momento entre dos, es la mitad de malo.

Ederon Körst dijo...

Tio, eres la ostia. Podría agradecerte lo que has hecho durante tanto tiempo... y no haría justicia. Te debo la vida... jeje. De todos modos no sabía que eres uno de esos polimorfos... ¿¿de verdad puedes convertirte en paraguas??
Un abrazote chaval. Nos vemos en nada seguro... como siempre.